Hicimos lo que nos dijeron y nos perdimos en falsas esperanzas.
Hicimos lo contrario y nos desesperamos.
Buscamos la verdad fuera y encontramos nuestras mentiras dentro.
Perdimos la fe en los demás y la fuerza para creer en nosotros.
Con todo esto nos dieron el pase de oro al laberinto sin salida en el que la mayorÃa juega a sobrevivir. Sobreviviendo en presentes limitados con futuros cancelados.
Es entonces cuando todas las preguntas que te haces se encaminan hacia dos respuestas posibles; acomodarte y quedarte como estás o arriesgarte a saltar sin ver en busca de otras posibilidades.
Y es posible, si lo haces a tu manera. Ya has aprendido a ser dócil y seguir la corriente y a rebelarte e ir contracorriente. Tienes la experiencia del error. Mientras afuera el laberinto se complica, dentro tu corazón se aclara y ya no sientes un leve susurro sino un grito potente y confiado que arrastra aquella palabra que trataron de robarnos, ESPERANZA.
Nos podemos perder mil veces por causas ajenas o propias pero si hacemos caso a nuestro corazón limpio siempre encontraremos una vida extra para continuar. Continuar hasta que encontremos nuestro amor, porque la esperanza aparece cuando es el amor verdadero lo que se busca.