“Las adversidades nos acechan desde que nacemos. Pero lejos de evitarlas y levantar un fuerte para que no entren, debemos salir y afrontarlas. Y es que las adversidades siempre serán más grandes que cualquier muro que edifiquemos, ya que no son más que aventuras disfrazadas de contratiempos. Y acabarán por derribarlos, porque las grandes aventuras no esperan invitación sino que se presentan y pasan sin previo aviso. Mirar hacia otro lado te acerca a la normalidad pero te aleja de tu autenticidad. Cada cual elige su camino, puedes vivir como los normales, con los ojos abiertos y el corazón cerrado o puedes cerrar los ojos y abrir tu corazón.
Escuchar tu corazón se convierte en la auténtica aventura.Aprender abrirlo para dejar entrar y salir. Porque cuando el amor entra por la ventana el miedo sale por la puerta. Aceptar que el dolor y la alegría son caras de la misma moneda. Que compartir lágrimas, en ocasiones, es más reparador que compartir sonrisas. Y que las emociones están para experimentarlas, solo así entenderemos la mecánica del corazón.
Todos hemos construido fuertes alguna vez, plagado de mentiras confortables. Las aventuras de verdad no entienden de mentiras por eso entran y arrasan sus frágiles muros para recordarte que son las verdades incómodas que evitas oír las que necesitas para tu corazón abrir. Y es que es mejor un puntual sufrimiento estrepitoso que un eterno sufrimiento silencioso.”